Compradores Compulsivos:


En Estados Unidos, definen al ser comprador compulsivo o shopaholic como “el arte de comprar lo que no se necesita con dinero que no se tiene”.

Según las pocas estadísticas disponibles a nivel nacional, 9 de cada 10 compradores compulsivos son mujeres.

Esta conducta tiene cierta similitud con la bulimia, de ahí que a estos compradores feroces e insaciables se les ha llamado «compradores bulímicos». La compra compulsiva comparte algunos rasgos con las conductas adictivas (se les llama también adictos a comprar o «shopaholics»), particularmente con la ludopatía o adicción al juego, pero sobre todo se parece a los llamados trastornos del control de los impulsos, como la cleptomanía o la piromanía. De hecho, prácticamente en lo único que se diferencian los cleptómanos y los compradores compulsivos es en que los primeros no pagan y éstos últimos sí, aunque a la postre muchos no puedan hacer frente a sus deudas.

Compradores Compulsivos


El perfil típico del comprador compulsivo es una mujer, en torno a la treintena, no importa que clase social, que ha desarrollado este hábito a fuerza de comprar ropa, zapatos, joyas y productos de belleza. También hay hombres, aunque muchos menos, y sus preferencias se decantan por los aparatos eléctricos y las herramientas para el hogar. Pero nadie sabe cuál será el futuro de este nuevo síndrome, todavía no catalogado entre los trastornos mentales.

El comprador compulsivo intenta mejorar su autoestima y satisfacer necesidades emocionales.
Lo anterior va ocasionando una dependencia psicológica, llegando a perder el control de sí mismo.
La compulsión está considerada como un comportamiento ritual, recurrente, que a pesar de los intentos por resistirse al impulso, ocurre.

La culpa puede ser provocada por haber comprado algo que no usaron o que no necesitaban, por lo que la conducta se repite como una compensación para borrar “la conducta mala”.
Es frecuente que una madre justifique sus compras colmando de regalos a sus hijos.

También es frecuente que lo que compre nunca sea desempacado, y por consecuencia, nunca utilizado.