Alcoholismo:


El alcoholismo es una enfermedad que puede ser controlada pero no curada.
Al principio, puede ser que el alcohólico controle sus tragos pero una vez que se convierte en obsesión, ya no le es posible controlarse por sí mismo.

Proteger al alcohólico de las consecuencias del beber no es ayudarlo; eso mismo puede impedir que él se dé cuenta de su problema con el alcohol y de su necesidad de ser ayudado.
Cuanto antes el alcohólico comprenda la naturaleza de su mal, más cerca estará de su recuperación.

El alcohólico debe “tocar fondo” antes de mostrar un verdadero deseo de abandonar la bebida. Debe estar dispuesto a admitir que no puede enfrentar solo su problema.


Tiene que dejar la sobriedad por sí mismo y no por complacer a los demás.

Alcoholismo - Ilustración de Aldo